En esta fecha, las últimas tropas alemanas en Stalingrado se rinden al Ejército Rojo, finalizando una de las batallas fundamentales de la segunda guerra mundial. En agosto de 1942, el Sexto Ejército alemán avanzaba por el río Volga mientras que divisiones aéreas nazis bombardeaban la ciudad rusa de Stalingrado reduciéndola a escombros. El general alemán Friedrich von Paulus estimaba que tardarían 10 días en capturar la ciudad. Sin embargo, su Sexto Ejército enfrentó a un implacable Ejército Rojo que usó a la ciudad en ruinas a su favor, transformando los edificios destruidos en fortificaciones naturales. Las fuerzas de la oposición se dividieron en pequeños escuadrones para pelear por cada metro de territorio. En noviembre, los soviéticos lanzaron una contraofensiva masiva, y en sólo tres días, toda la fuerza alemana de más de 200.000 hombres estuvo rodeada. Durante los dos meses siguientes, los alemanes resistieron desesperadamente, esperando refuerzos que nunca llegaron. El hambre y el crudo invierno ruso se cobraron tantas vidas como las despiadadas tropas soviéticas. Cuando el mariscal de campo alemán Pauls finalmente se rindió a principios de 1943, sólo 90.000 alemanes continuaban con vida.
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