El 27 de noviembre de 1879, en Tarapacá, los chilenos sorprenden al ejército formado por peruanos y bolivianos, pero son derrotados. Tras el combate de Dolores y la ocupación del puerto de Iquique, se tomó la decisión de capturar los restos del ejército peruano - boliviano. Para ello se envió un destacamento de 2.300 hombres al mando del Coronel Luis Arteaga, en la creencia que los fugitivos no eran más de 1.000. Las fuerzas chilenas marcharon por el desierto con sólo equipo, municiones y agua para una acción de reconocimiento. Luego de una marcha agotadora, debieron enfrentar a más de 4.000 soldados peruanos y bolivianos que al mando del Coronel Cáceres ocupaban la quebrada de Tarapacá, único lugar en la zona que poseía agua. Tras una intensa batalla, donde nuestras fuerzas atacaron en tres ejes y tras un combate en extremo duro, las tropas dirigidas por el general Buendía se retiraron del lugar, temiendo que los chilenos fueran reforzados. En el campo de batalla quedó más del 30% de las tropas chilenas, especialmente del Regimiento 2° de Línea, donde murió su comandante Eleuterio Ramírez.
Via Historienespanol
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